miércoles, 26 de octubre de 2011

Crónica del congreso de kinesiología en Japón


¿Quién nos iba a decir, allá por los finales de los 80 cuando entramos en contacto con la Kinesiología, que daríamos una conferencia en Japón? Y encima que la conferencia versara sobre nuestro trabajo. La verdad es que esta pregunta no nos la planteamos hasta que llegamos al aeropuerto para tomar el avión de regreso…

Cuestiones socioculturales aparte, algunas de forma más o menos divertida expresada en entrada anterior, nuestra estancia en Japón ha sido sumamente gratificante.

Con el tiempo que teníamos, poder disfrutar de Kyoto y Nara ha sido un regalo. Tokio y Osaka, por donde pasamos fugazmente, se los dejamos para los amantes de las grandes urbes.

Nuestra presentación en el “2º congreso mundial de kinesiología de Japón” ha sido una buena excusa. Hablamos de uno de nuestros temas favoritos, el sistema nervioso entérico y de cómo regularlo con el sistema de puntos de Bennet. Y la acogida por parte de los asistentes fue muy buena… de hecho el último día nos organizaron un seminario en Osaka.
Hablando con los asistentes nos comentaron lo interesante que les resultaba. En la tradición japonesa se da mucha importancia al abdomen. Explicamos con detalle cómo funciona el sistema nervioso entérico, un sistema nervioso que se comporta como un cerebro independiente del resto del sistema nervioso. Esto permite entender desde un punto de vista fisiológico y occidental muchas técnicas antiguas y tradicionales.


Y también hemos compartido y hablado, con japoneses y con europeos residentes aquí, sobre los últimos incidentes en este país. Una pregunta que una vez roto el hielo cultural nos impactó “¿y vosotros no tenéis miedo? … Tras Fukushima muchos extranjeros se han ido de Japón, muchos no quieren venir. ¡Estamos a más de 500 km de Fukushima!” O como nos dijo un español que conocimos “Amigos míos regresaron a España tras el desastre y no entendían que yo no regresara… ¿y qué hago yo? ¿Me voy con mi mujer, su madre, su familia, etc.? Vamos hombre. ¿Que aquí el gobierno te ocultan cosas? ¡Seguro! ¿Pero no las ocultan en Europa también? Pues toca aprender a encontrar alimentos que no estén contaminados…”

Visitando este país y hablando con sus habitantes, no podemos dejar de pensar en que hubiera pasado si en lugar de suceder en Fukushima hubiera sucedido en Vandellós… ¿? De igual manera que nos explicaba otro español residente en Tokio, “En Japón se llega en tren a todas partes. Con la densidad de habitantes que hay en Tokio, si no fuera por el tren y el metro no se podría vivir. Los trenes funcionan aunque llueve o nieve.¡Lo mismo que en España!”


Pero no es lo único que es diferente a España. Una noche se había organizado una cena para todos los asistentes al congreso. El restaurante era encantador, muy japonés, junto al rio y con un jardín precioso. Paseando por el jardín nos explicaban cómo, en sus origines, el jardín japonés pretende reproducir toda la naturaleza en su interior. Los árboles, los peces, el agua, las plantas, los caminos y las flores. El jardín tiene que cambiar con cada estación. Tiene que ser diferente con el paso del tiempo y a la vez mantener su esencia. Los jardines son algo privado de cada casa o propietario, no son para ser vistos desde fuera ni para ostentar.

Una buena metáfora. Permitir el cambio y mantener la esencia.

Tal y como nos comentaron “Si este suceso nos condice a ser un país industrializado sin energía nuclear, bienvenido sea ese cambio, porque nosotros no vamos a renunciar a vivir en esta tierra. Tampoco dejamos de vivir aquí tras Hiroshima y Nagasaki.”

Juan Carlos Monge

1 comentario:

  1. "Permitir el cambio y mantener la esencia". Bonitas palabras, gracias por compartir esta experiencia.

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