miércoles, 6 de abril de 2011

Desprestigia que algo queda…



“Toda verdad pasa por tres estados. Primero es ridiculizada. Segundo hay una oposición violenta. Tercero se acepta como algo sumamente evidente”. Arthur Schopenhauer

Siempre me ha fascinado entender las razones últimas del comportamiento de los seres humanos. Eso que ahora está tan de moda denominar “valores”. Personalmente creo en el respeto y entiendo que una de las expresiones del respeto es construir y cooperar; dado que nadie tiene la autoridad para cortar las iniciativas de vida de otra persona; siempre que esas inactivas no atenten contra otros. Por eso me resulta sumamente curioso que haya personas que se dediquen a todo lo contrario, es decir a destruir. La destrucción se puede expresar de muchas formas, desde guerras a actitudes. Esta introducción viene a cuento de una “protesta masiva global contra la homeopatía

Entiendo que quienes realizan esta campaña sienten como propio el valor de “defender al ignorante”. Lo cual es muy acertado, pero quizás debiéramos tener una visión un poco más amplia, especialmente a la hora de explicar las cosas:

La homeopatía esta siendo prescrita por médicos y profesionales sanitarios. En España y Europa se considera que la homeopatía es un “medicamento”. La mayoría de colegios profesionales de médicos de España tienen secciones de homeopatía. Todos saben que no existe principio activo molecular alguno en los remedios homeopáticos. Desde un punto de vista molecular es inocua, sin efectos secundarios, al no poseer principio activo. Así que en todo caso el problema pudiera existir cuando se prescinde, por recomendación médica o por decisión propia, del tratamiento sanitario adecuado. Es decir, desde el punto de vista molecular, el único problema de la homeopatía, es ajeno a la misma.

No voy a hablar de si la homeopatía es o no científica, sino de las actitudes. Si la homeopatía no tiene principio activo, ¿Por qué se la ha considerado medicamento? La respuesta es fácil, negocio. Y si no tiene principio activo, ¿Cómo es que lleva siglos utilizándose, vendiéndose y se recomienda? Por que las personas perciben que les va bien, lo cual es lo mismo que decir, o es un placebo que funciona o hay algo más además de los principios activos moleculares o ambas cosas. El problema radica en quien pretenda establecer la equiparación entre la homeopatía y los medicamentos comerciales al uso. Negocio o ignorancia.

Algunas personas e instituciones pretenden equiparar a los métodos energéticos con las terapias “medicas”, por que eso las prestigia, o las valora y por tanto se pueden vender mejor. En el lado opuesto hay personas que con la misma equiparación, se dedican a juzgar y valorar los métodos energéticos. Obviamente la conclusión de estos últimos es que no funcionan y encima se ve reforzada por la actitud de los primeros.

En esa tesitura se encuentran muchos de los métodos que utilizan el modelo energético, kinesiología incluida. Muchas personas sencillamente no entienden que se está hablando de diferentes paradigmas. Una visión que últimamente se esta imponiendo es que estos métodos energéticos funcionan, porque la gente se lo cree y son buenos placebos. Ejemplo de esto podemos verlo en este enlace.

Otra vez necesitamos ampliar el paradigma. Si a cualquier persona de mediados del siglo XIX le hubiéramos intentado explicar la psicología actual, sus aplicaciones y metodologías, simplemente hubiera dicho “patrañas” y renglón seguido hubiera ido a hablar con el cura del pueblo. Sin embargo hoy en día nadie pone en duda muchas de las aportaciones de la psicología y su utilidad.

Los modelos energéticos y sistémicos se encuentran en esa situación. La enorme interacción entre el ser humano y el medio que le rodea, en la cual intervienen factores tan diversos como afectivos, bioquímicos, electromagnéticos, posturales… es difícil de controlar. Algunos creemos que imposible. Considerar al ser humano como un sistema biológico abierto implica que interacciona con todo lo que le rodea, y todo significa todo. Por esta razón intentamos mantenernos en un modelo en el cual las verdades no son absolutas. Sabemos que en nuestra visión de kinesiología Psicoenergética no tenemos la verdad. Entendemos que se trata de salir del paradigma de las verdades absolutas. El ser humano es un sistema abierto, fruto de una evolución e interacción con el medio tan intensa que ¿cómo podría el ser humano describirse a si mismo desde dentro de ese medio? O quizás la pregunta seria ¿Cómo poder ayudarnos y ser funcionales sin necesidad de controlar todas las variables?

Necesitamos un lenguaje y una metodología que nos lo permitan. Y no es fácil, porque la educación y el entorno social no ayudan. Pero existen, es posible. La aplicación Psicoenergética de la kinesiología es un método, tan solo uno, que va en esa línea y dirección.

Sabemos que a la kinesiología se la critica prácticamente con los mismos argumentos que se critica a la homeopatía. Nosotros estamos interesados en ver opciones y nuevos recursos. Quizás no explicamos bien el porque les resulta de utilidad a las personas que utilizan estos métodos. Quizás estamos equivocados en la nomenclatura que utilizamos y en las explicaciones que facilitamos. Al final de la noche siempre amanece y, parafraseando a Schopenhauer, cuando las cosas son tan evidentes, todos se comportan como si siempre hubieran creído en ello.

3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo. Ignorancia, miedo, llevar la contraria por sistema... no sé, pero ocurre demasiadas veces... con muchos temas.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por vuestros comentarios. Concha como bien decia Einstein: "Los grandes espíritus siempre encontraron la violenta oposición de las mentes mediocres." y así es.

    ResponderEliminar